Y no se le ocurrió mejor cosa en campaña, que acercarse a los ya hastiados y cabreados trabjadores del Grupo de Empresas Alvarez, la fábrica de porcelanas más grande de Galicia, para prometerles que antes de un año les arreglaría su problema. Lo que se encontró fue a un grupo de trabajadores que lo recibieron al grito de
MENTIROSO y VENDIDO...
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